sábado, 21 de mayo de 2011

Daniel 10,4-6

“El día 24 del primer mes, estando yo a la orilla del gran río, el tigres, alce mis ojos y mire, y vi a un varón vestido de lino blanco y ceñidos los lomos de oro de Ufaz. Su cuerpo era como el crisolito, su rostro parecía un relámpago, sus ojos eran como antorchas de fuego, sus brazos y sus pies tenían el brillo de bronce bruñido y el rumor de sus palabras era parecido al estruendo de un gran gentío”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario